EL Maestro Claudio Arrau y su alumna Elmma Miranda. Frankfurt, Alemania (1958). |
Claudio Arrau en la casa de su maestro Martin Krause en Berlin Regalo (1966) de sus hijas Jenny Krause (pianista) y Sofía Krause (cantante). |
En Hamburgo (Alemania), Rayén Quitral (la gran cantante chilena), me presentó al MAESTRO y concertó mi primer encuentro con él, en la "STEINWAY-HAUS" de esta ciudad.
Toqué un trozo de Robert Schumann. Sentí una inmensa alegría cuando me aceptó como alumna, aconsejándome permanecer en Alemania, y, mientras iba de gira, continuar trabajando con Jenny Krause, hija de su maestro, Martín Krause, en Berlín, de manera que cada vez que regresaba, me comunicaba a través de su representante, que debíamos fijar día y hora para las clases siguientes.
Entretanto ingresé en Hamburgo al Conservatorio Estatal de esta ciudad. El MAESTRO, preocupado de mi situación mientras durara su ausencia, preguntó sobre el profesor que se destacaba en esos momentos y logró entonces que Robert Henry, me aceptara en su cátedra, ya que había sido alumno sobresaliente del gran pianista alemán Eduard Erdmann, a su vez discípulo de Franz Liszt.
Increíblemente asombrada, sentí que comenzaba un gran cambio en mi carrera, y por tanto la responsabilidad era enorme y el tiempo transcurría inexorablemente.
Las clases del MAESTRO habían ayudado enormemente a que mi mente se abriera y se activara a través de sus consejos, que apuntaban en lo personal, carácter y factores emocionales importantes para el desarrollo de mi personalidad.
Me decía que nuestra presencia como músicos en el escenario, conlleva un mensaje personal, único para el público, que en verdad lo espera de nuestra interpretación.
¡Cuántos y profundos conceptos se exponían en cada una de sus clases! Fueron tantos y nunca suficientes, los momentos de convivencia real con él y su maestría, mi pequeño mundo, al menos así yo lo creía, se fue transformando y creciendo a través de la inquietud que nos transmitió por la literatura, la pintura, el teatro, etc., como una manera de nutrir nuestro acervo, con otras disciplinas de la cultura mundial.
Una experiencia inolvidable fue para mi, su invitación a acompañarlo con cinco jóvenes pianistas venidos de diferentes puntos del planeta, en una gira por seis ciudades alemanas como solista y bajo lo dirección de grandes directores: Solti y Celibidache.
¡Cuánto aprendí de esta experiencia!
La presencia del MAESTRO, en esas magnificas salas de concierto, frente a públicos que aplaudían con tanto entusiasmo, parecía aclarar aún más nuestras mentes y agitar nuestros corazones.
Era una sensación de júbilo, a la vez que un verdadero mensaje de amor, el mejor.
SU ESCUELA
Sus clases y creo que todos quienes fuimos sus alumnos, coincidimos en denominarlas “magistrales”. ¡Eso eran!
No pretendo enumerar cada una de sus sabias indicaciones, pero sí, al mencionarlas, sirvan para quienes lo tengan en su recuerdo con el respeto que el MAESTRO merece:
“El piano como instrumento no debe ser golpeado. Al presionar con los dedos el cuerpo debe estar también participando simultáneamente. Factores tales como: Relajación y Respiración se deben trabajar a diario, desde la cabeza a los pies, para luego hacer Música.
Transmitir intacto el pensamiento del autor creador, y nosotros los recreadores, con Regocijo, Asombro y Encantamiento.
Incorporar constantemente, a través de la lectura, nuevas ideas y nuevos conceptos como proceso de extensión del espíritu, lo cual amplía nuestros horizontes.
No tratar de interpretar buscando el éxito o el aplauso. Sentirse honrados de ser intérpretes. El intérprete debiera dar su sangre en la interpretación. Se debe poner el alma en la interpretación.
La vida del artista no es siempre un camino de rosas. Sin embargo, si la vocación es verdadera, ésta puede llevar a una vida plena. Todo esto, con profunda dedicación y disciplina.
Hay que luchar con todas las fuerzas para combatir la vanidad, que cuando menor ella sea, mayor será la facultad creadora.
Se debe estar presente en cada nota, en cada frase, en una actitud de absorción meditativa.
La verdadera creación no surge de la conciencia, sino de las profundidades del espíritu”.
¡Gracias MAESTRO, hasta siempre!
EL Maestro en la “STEINWAY-HAUS” Hamburgo, Alemania. Lugar donde se efectuaron las clases. (1958 – 1962) |
Cumpleaños 88, Febrero 1991, München. Regalo, Prof. Daniela Ballek, asistente - pianista - alumna. (Wiesbaden, Alemania) |
El Maestro con Jenny y Sofía Krause en Berlín. |